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viernes, 20 de agosto de 2010

LOS SENTIMIENTOS



Los sentimientos

Nunca más volveré a ser la persona amargada y problemática que he sido.
Voy a cambiar mi mal carácter por una actitud amable y apacible.
Puedo conseguirlo porque yo me lo propongo.
En primer lugar, debo convencerme de que yo soy el único dueño y responsable de mi vida.
No esperaré pasivamente que me sucedan todas las cosas buenas. Yo haré que ocurran.
Cuando se presenten dificultades, allí estaré para afrontarlas. Soy capaz; debo confiar en mí
Me haré cargo de todos los fracasos. Por ningún motivo volveré a culpar de ellos a la vida ni a las demás personas y menos aún, a castigarlas con mi hostilidad.
Cuando me sienta enojado por un motivo cualquiera, evitaré que lo noten.
Nadie tiene por qué llevar el peso de mis problemas.
Ejerceré un dominio total sobre mis pensamientos,
De tal manera que pueda ocuparme de cada cosa a su debido tiempo.
Si las cosas no salen bien, sabré aceptar que muchas veces salen mal aunque no me guste.
Cada vez que esté irritado, me prometo conservar la calma.
El que se mantiene tranquilo tiene mayor control sobre la situación.
No responderé al primer impulso.
Me concederé tiempo suficiente para que se me ocurra una buena idea.
No puedo seguir estallando a todas horas.
Expresaré mi enojo a quien me provoque, de una manera tranquila y sincera.
Guardaré prudencia en aquellos momentos en los cuales es mejor una buena retirada
Que un mal enfrentamiento.
Dejaré de intervenir ante muchas situaciones ajenas que no me afectan directamente.
No me molestaré por ellas.
A las personas que les gusta espolear la ira de los demás las dejaré a un lado.
No vale la pena encararlas.
Los problemas diarios son pasajeros. Así que le diré adiós a la costumbre
De convertir en tragedias las contrariedades de la vida.
A cada problema, le daré la importancia justa.
No permitiré que un mal momento me perturbe durante todo el día.
Fortaleceré mi voluntad para no dejarme avasallar por el enojo.
Cada día estaré atento a todo aquello que es valioso
O que representa un motivo de alegría. No me detendré a criticar ni a quejarme
Miraré el lado agradable de las cosas y las cualidades positivas de las personas.
Aprenderé a reírme de la vida, de los problemas, de mi mismo.
Haré de la alegría toda una forma de ser
La serenidad y el buen humor serán los rasgos más notables de mi carácter.
Resultará muy agradable para quienes me rodean ser atendidos por mí,
Contar con mi amistad o con mi compañía.
Por fin me sentiré verdaderamente a gusto conmigo mismo.

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